El 12 de abril del 2000, el mundo futbolístico se estremeció al ver al ‘crack’ mundial, Ronaldo, retorcerse de dolor. El brasileño se había vuelto a romper el tendón rotuliano de la rodilla derecha, sólo 144 días después de rompérselo parcialmente. Todos eran pesimistas por la gravedad de la lesión ya que este tendón es el encargado de habilitar a la rodilla para correr, chutar o regatear.
Fue un proceso de recuperación bastante largo lo que hizo que no volviera a jugar un partido oficial hasta el 4 de noviembre de 2001, es decir 571 días después de su lesión. Le alcanzó sin embargo para ser considerado por Scolari para el Mundial de Corea-Japón.
Nunca volvió a tener arranques de más de 50 metros pero no perdió la eficacia frente al marco, lo que hizo que siguiera por algunos años su carrera y mantenerse como el goleador de los mundiales hasta el 2014.