El Super Bowl LIV representó buenas noticias para la NFL, pues logró revertir una caída en las audiencias que databa desde 2015. Luego de que aquel año, el record de televidentes en Estados Unidos alcanzara un punto cumbre con 114 millones de espectadores, muchos ingredientes de distintos caracteres que iban desde lo político, hasta lo deportivo representaron una debacle notable.

El partido que enfrentó a Kansas City y San Francisco con un medio tiempo encabezado por Shakira y Jennifer López fue visto por 102 millones de personas solo en Estados Unidos. Representando un incremento de 1,7% respecto a la edición de 2019 que fue vista por 98 millones.

El evento transmitido por Fox tuvo un aumento de audiencia cuándo Shakira y Jennifer López aparecieron en el evento de medio tiempo junto con Bad Bunny y J Balvin, alcanzando un pico de 103 millones de espectadores en la unión americana. El morbo por ver a dos equipos con muchos años sin aparecer en el partido más importante de la NFL así como el sabor latino del show del medio tiempo ayudaron a la NFL a incrementar sus números de rating.