El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realiza un ensayo clínico para conocer si la vitamina D actúa como protector contra la COVID-19.

“El IMSS realiza un ensayo clínico en personal que atiende a pacientes COVID-19 para conocer si este nutriente brinda protección ante esta enfermedad”, mencionó el instituto.

En un comunicado, el IMSS informó que contar con niveles adecuados de vitamina D brinda una respuesta inmunológica contra enfermedades respiratorias como la influenza por lo que en la institución y a nivel mundial investigan su relación como posible factor de protección contra la COVID-19.

La doctora del IMSS, Mardia López Alarcón, destacó que hay estudios publicados que han mostrado una relación entre la deficiencia de la vitamina D y un riesgo elevado de adquirir esa enfermedad.

López Alarcón también añadió que aún no existe un estudio con resultados que demuestren que la suplementación con vitamina D module la respuesta ante el virus SARS-CoV-2 y no se adquiera la forma grave de la enfermedad.

¿Cómo realizan el ensayo?

Para el ensayo que actualmente realiza el IMSS, reclutó a 250 trabajadores de la salud como médicos, enfermeros, choferes de ambulancia, químicos y personal de limpieza. A la mitad le suministraron cuatro mil unidades diarias de vitamina D y al resto un placebo durante un mes para “conocer si un grupo se infectó más, si a quienes enfermaron fue de forma grave, si fueron hospitalizados, y cuántos días duraron en el hospital, o si no hubo diferencia”.

La doctora López Alarcón aseguró que el 70% de la población mexicana tiene deficiencia de ese nutriente, por lo que recomendó tomar “baños de sol” de 15 o 20 minutos entre las 11:00 y 16:00 horas.

“Puede ser desde la ventana del domicilio o salir a la puerta o patio es suficiente”, explicó la especialista.

También explicó que las personas con obesidad necesitan mayores dosis de vitamina D porque el tejido adiposo impide que circule de manera adecuada en el organismo.

Otra manera de obtener el nutriente es consumiendo alimentos ricos en grasa como el pescado, carne no magra, leche, huevo y cereales fortificados, y en menor medida en alimentos de origen vegetal como aguacate y leguminosas, agregó.