Medinaceli, España.- Un ruedo a oscuras, solo iluminado por las astas incandescentes de un toro de lid que bufa y corre dando tumbos, cegado por el fuego. “Vaya mierda de toro”, dice alguien. Unos tres mil espectadores contemplan el espectáculo y azuzan al toro cuando se les acerca. En Medinaceli, una villa de la comunidad autónoma española de Castilla y León, el Toro de Júbilo, o de Fuego, es una fiesta que llega puntualmente cada año con el mismo formato y varias controversias a cuestas.

Cada que se acerca la fecha para llevarla a cabo, organizaciones animalistas se manifiestan en la Plaza Mayor Medinense y piden abolirla. Pero el Toro de Fuego está muy arraigado. El festejo fue declarado por la Junta de Castilla y León en 2002 como espectáculo taurino tradicional, ya que existe constancia documental de que su celebración data del siglo XVI y está relacionada con la supuesta llegada de las reliquias de unos mártires, desde África y hasta Medinaceli, sobre un toro con los cuernos encendidos.

En defensa de la continuidad de la atracción, que se lleva a cabo a pesar de las bajas temperaturas reportadas en la región, los organizadores aseguran que los toros no sufren tanto porque se les recubre el cuerpo con barro arcilloso, para evitar que se quemen. También afirman que sobre sus cuernos colocan bolas de estopa, aguarrás y azufre, para que el fuego no llegue directo al hueso.

Luego de la última edición de esta fiesta, el sábado 16 de noviembre, un video del Toro de Fuego comenzó a circular en redes sociales y la indignación se volvió viral.

Al final del video, ya en la oscuridad, se ve al animal reposar cansado y con los cachos humeantes, ya sin llamas después de una hora entera de fuego mientras los medineses siguen la fiesta en otra parte.

(Con información de RT y La Razón España)