Mendoza.- La Justicia argentina condenó este lunes a 42 y 45 años de prisión a los sacerdotes Nicolás Corradi y Horacio Corbacho, por abuso sexual de menores de edad con sordera e hipoacusia que estudiaban en el Instituto Antonio Próvolo, en la provincia de Mendoza, convirtiéndose en la primera sentencia de este tipo.

De acuerdo con las autoridades, los acusados eran encargados de la guarda y custodia de los menores, por ello fueron juzgados por corrupción de menores y facilitación del abuso de las víctimas. En total enfrentaron un total de 25 cargos, incluyendo abuso sexual simple y gravemente ultrajante.

A la par de los dos sacerdotes, también fue condenado a 18 años de cárcel el jardinero del internado, Armando Ramón Gómez, a quien se le consideraron como atenuantes la sordera que padece y su analfabetismo.

El Instituto Provolo, con ramas en Italia y especializado en niños discapacitados, registró casos de abuso sexual a menores con sordera e hipoacusia desde 1950, pero los curas involucrados eran trasladados a otras sedes, como fue el caso de Nicolás Corradi, quien fue reubicado en La Plata en 1970 para evitar un escándalo local.

Ocho años después, en la Plata se denunciaron formalmente ocho casos de violación, por lo que el sacerdote Corradi y otros miembros del instituto fueron removidos a la sede en Mendoza.

Ahí fue director hasta 2016, cuando lo detuvieron junto con Horacio Corbacho por las denuncias de los exalumnos que estuvieron internados en el colegio.

En la sede de Mendoza hay al menos 16 víctimas y 14 personas imputadas, informó La Nación.

El diario Los Andes realizó en mayo de este año una serie documental en la que entrevistó a algunas de las personas que sufrieron abuso sexual. Las víctimas y sus padres narran algunas de las experiencias vividas en esta institución a cargo de los sacerdotes.

Mientras se dictaba sentencia algunas de las víctimas y sus acompañantes se reunieron para conocer el resultado de sus denuncias, la transmisión fue emitida con una traducción simultánea en lenguaje de señas para hacer accesible el contenido de la condena.

Por este mismo caso, un antiguo monaguillo fue condenado en 2018 a 10 años de prisión, por colaborar en los abusos. De igual manera una de las monjas que trabajaban ahí fue condenada por participación primaria, corrupción de menores y abuso sexual después de entregarse en la ciudad de Buenos Aires.

(Con información de Efe y Notimex)
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