La Paz.- A espaldas del Palacio Nacional, El Quemado, Evo Morales construyó un enorme edificio que llamó la Casa Grande del Pueblo, pero a cuyos pisos entre el 21 y 24 solamente él, invitados y personal privado tenían acceso.

La nueva ministra de Comunicación de Bolivia, Roxana Lizárraga, quien se ha hecho conocida por amenazar a periodistas locales y extranjeros por considerar que realizan actos de “sedición”, abrió las puertas de La Casa del Pueblo a los medios informativos.

En las fotografías difundidas por la prensa local se puede apreciar desde un baño con jacuzzi, hasta una alcoba con una cama de tres metros, así como varias salas con artes ligados a personajes revolucionarios de la historia.

Roxana Lizárraga incluso espetó en varias ocasiones que México no solamente se llevó a un hombre que “defraudó a los bolivianos” sino que se llevó a un narcotraficante.

“No nos lo regresen, quédense con ese personaje que engañó a los bolivianos. O ¿estos lujos son de un socialista?”, dijo. No obstante, los objetos apreciados y la estancia misma distan mucho de la opulencia vista en inmuebles y adornos incautados a los narcotraficantes en México.

Lizárraga mostró las habitaciones de la alcoba, de la que, según ella, se sacaron computadoras y una serie de archivos con información privilegiada.

En los guardarropas de la alcoba principal todavía están colgados los sacos de Morales, uno de ellos con la imagen del Che Guevara en la solapa.

También, algunas camisas, playeras y zapatos con su logotipo y los colores de la Wiphala, la bandera representativa de las comunidades indígenas en la Amazonia.

Entre los personajes que Morales mandó pintar en cuadros enormes de múltiples salas, con encendido automático de las habitaciones, estaba Nelson Mandela y el Che Guevara, entre otros. Incluso, hay una composición de dos cuadros, uno con el rostro de Morales y el otro con el del icónico luchador argentino-cubano.
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