Nacional
La comunidad de La Mora despide a víctimas de la familia LeBarón
Por la mañana se celebró un servicio para Dawna Ray Langford y sus hijos, quienes fueron sepultados después en el panteón de la comunidad; más tarde siguió un oficio a Ronitha LeBarón y sus cuatro hijos quienes serán llevados mañana a Chihuahua
Publicado Noviembre 7, 2019
2019-11-07T19:03:52
2019-11-07T19:03:52
Por La octava
Ciudad de México. La comunidad del rancho La Mora celebró esta mañana los funerales de Dawna Ray Langford y sus hijos Trevor Harvey y Rogan Jay, tres de las nueve víctimas de la comunidad LeBarón asesinadas por el crimen organizado el pasado lunes cuando circulaban por la sierra de Sonora, rumbo a este poblado.
Cientos de integrantes de la comunidad mexicoestadounidense que profesa la fe mormona participaron en una ceremonia religiosa que se celebró en un área abierta en que se colocaron dos carpas blancas y donde se colocaron los dos ataúdes de madera, uno con los restos de la mujer de 43 años y otro con los de sus hijos de 11 y 2 años.
Los servicios funerarios iniciaron a las 10:20 horas en memoria de Dawna Langford y sus Trevor Harvey y Rogan Jay.
Los cuerpos de Dawna Ray Langford y sus dos hijos fueron inhumados después en el panteón de La Mora, “porque ella amaba este lugar”, dijo su padre.
En tanto para esta tarde se espera el servicio para Ronitha y sus hijos Howard Jacob de 12 años, Krystal Bellaine Miller, de 10 y Titus Alvin y Tiana Gricel, ambos de 8 meses.
Los restos de Ronitha LeBarón y sus cuatro pequeños serán llevados el viernes a la colonia LeBarón en Galeana, Chihuahua, desde donde saldrán en caravana y ahí serán inhumados; en tanto los de Christina Marie Langford Johnson serán trasladados a ese mismo lugar donde la enterrarán el sábado.
Desde la víspera un convoy de 70 camionetas arribó al rancho La Morita, como lo llaman los LeBarón, para participar en los funerales. Muchas con placas de Dakota del Norte, Estados Unidos, fueron escoltadas la noche del miércoles y este jueves por elementos de la policía estatal y la Guardia Nacional para estar presentes en la despedida a la mujer y los dos menores, acribillados por un comando.
Quienes llegaron hasta La Mora transitaron por el sitio en que ocurrieron los dos ataques. Las madres y sus hijos recibieron disparos desde una zona alta, y en el caso de Rhonita Maria Miller y sus cuatro hijos, tras ser asesinados sus atacantes movieron la camioneta, le rociaron gasolina y le prendieron fuego con los cuerpos adentro.
El asentamiento está rodeado de montañas y personal militar que resguarda desde el lunes la zona a la que sólo se permite el acceso a familiares y amigos de los deudos, así como representantes de medios de comunicación nacionales e internacionales.
La comunidad asentada en La Mora, Sonora, construye sus casas de madera, a la usanza estadunidense y sus habitantes se comunican en inglés, aunque también dominan el español.
Steven Langford, quien dirigió la aldea hasta 2018 señaló a la agencia AP que espera que los asesinatos tengan un “importante impacto en la comunidad”, en donde la situación de inseguridad se ha agravado en los últimos 15 años.
En palabras de Adrián LeBarón, padre de Rhonita, los jóvenes que se van a estudiar y trabajar a Estados Unidos, envían dinero a su comunidad en México y regresan a su lugar de origen. “Somos mexicanos aquí invertimos nuestro dinero”, señaló mientras su familia directa integrada por más de 100 adultos y niños se organizan en la casa de su hija fallecida.
Se prevé que en la comunidad de 300 habitantes pernocten unas mil personas para participar en los entierros.
Antes de iniciada la ceremonia llegó al sepelio la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, quien se trasladó en helicóptero y estuvo reunida a puerta cerrada con los familiares.
No se quedó a los servicios funerarios y al salir solo dijo que se hará justicia y que no diría más por respeto a los deudos.
Adrián LeBarón narró que ante la tardanza de las autoridades para auxiliarlos tras los hechos el pasado lunes, los familiares decidieron llevarse los cuerpos que colocaron en una camioneta, pero el Ejército los encontró a su paso y se hizo cargo de ellos.
Mientras lo platica enseña la foto de Christina, quien salió de la camioneta con las manos en alto pidiendo que no siguieran disparando y recibió dos tiros a la altura del corazón.
En la foto que muestra en su teléfono celular se ve a una joven recostada sobre su lado derecho y se le aprecia la sangre en el pecho.
(Con información del Diario de Chihuahua y Notimex)
Cientos de integrantes de la comunidad mexicoestadounidense que profesa la fe mormona participaron en una ceremonia religiosa que se celebró en un área abierta en que se colocaron dos carpas blancas y donde se colocaron los dos ataúdes de madera, uno con los restos de la mujer de 43 años y otro con los de sus hijos de 11 y 2 años.
Los servicios funerarios iniciaron a las 10:20 horas en memoria de Dawna Langford y sus Trevor Harvey y Rogan Jay.
Los cuerpos de Dawna Ray Langford y sus dos hijos fueron inhumados después en el panteón de La Mora, “porque ella amaba este lugar”, dijo su padre.
En tanto para esta tarde se espera el servicio para Ronitha y sus hijos Howard Jacob de 12 años, Krystal Bellaine Miller, de 10 y Titus Alvin y Tiana Gricel, ambos de 8 meses.
Los restos de Ronitha LeBarón y sus cuatro pequeños serán llevados el viernes a la colonia LeBarón en Galeana, Chihuahua, desde donde saldrán en caravana y ahí serán inhumados; en tanto los de Christina Marie Langford Johnson serán trasladados a ese mismo lugar donde la enterrarán el sábado.
Desde la víspera un convoy de 70 camionetas arribó al rancho La Morita, como lo llaman los LeBarón, para participar en los funerales. Muchas con placas de Dakota del Norte, Estados Unidos, fueron escoltadas la noche del miércoles y este jueves por elementos de la policía estatal y la Guardia Nacional para estar presentes en la despedida a la mujer y los dos menores, acribillados por un comando.
Quienes llegaron hasta La Mora transitaron por el sitio en que ocurrieron los dos ataques. Las madres y sus hijos recibieron disparos desde una zona alta, y en el caso de Rhonita Maria Miller y sus cuatro hijos, tras ser asesinados sus atacantes movieron la camioneta, le rociaron gasolina y le prendieron fuego con los cuerpos adentro.
El asentamiento está rodeado de montañas y personal militar que resguarda desde el lunes la zona a la que sólo se permite el acceso a familiares y amigos de los deudos, así como representantes de medios de comunicación nacionales e internacionales.
La comunidad asentada en La Mora, Sonora, construye sus casas de madera, a la usanza estadunidense y sus habitantes se comunican en inglés, aunque también dominan el español.
Steven Langford, quien dirigió la aldea hasta 2018 señaló a la agencia AP que espera que los asesinatos tengan un “importante impacto en la comunidad”, en donde la situación de inseguridad se ha agravado en los últimos 15 años.
En palabras de Adrián LeBarón, padre de Rhonita, los jóvenes que se van a estudiar y trabajar a Estados Unidos, envían dinero a su comunidad en México y regresan a su lugar de origen. “Somos mexicanos aquí invertimos nuestro dinero”, señaló mientras su familia directa integrada por más de 100 adultos y niños se organizan en la casa de su hija fallecida.
Se prevé que en la comunidad de 300 habitantes pernocten unas mil personas para participar en los entierros.
▶PAVLOVICH ASISTE A DAR EL PÉSAME
Antes de iniciada la ceremonia llegó al sepelio la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, quien se trasladó en helicóptero y estuvo reunida a puerta cerrada con los familiares.
No se quedó a los servicios funerarios y al salir solo dijo que se hará justicia y que no diría más por respeto a los deudos.
▶EJÉRCITO IMPIDIÓ QUE FAMILIA RETIRARA LOS CUERPOS
Adrián LeBarón narró que ante la tardanza de las autoridades para auxiliarlos tras los hechos el pasado lunes, los familiares decidieron llevarse los cuerpos que colocaron en una camioneta, pero el Ejército los encontró a su paso y se hizo cargo de ellos.
Mientras lo platica enseña la foto de Christina, quien salió de la camioneta con las manos en alto pidiendo que no siguieran disparando y recibió dos tiros a la altura del corazón.
En la foto que muestra en su teléfono celular se ve a una joven recostada sobre su lado derecho y se le aprecia la sangre en el pecho.
(Con información del Diario de Chihuahua y Notimex)
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