‒¿Cuál es su evaluación del primer año de gobierno de AMLO?
‒Se ha aplicado el programa más ambicioso contra la corrupción. Nunca en la historia contemporánea del país había habido una acción política del gobierno para detener las prácticas de desviación de recursos y de apropiación indebida de riqueza pública, lo cual no quiere decir que el Estado corrupto haya desparecido.


Este ha sido apenas el primer paso. A partir de aquí, Andrés y el Congreso van a tener que hacer una estrategia para ir acotando el funcionamiento del Estado corrupto. Porque el Estado corrupto es una forma de ejercer el poder, no es simplemente la existencia de la corrupción. En todos los Estados hay corrupciones, pero no todos los Estados del mundo tienen un sistema político basado en la corrupción, como México. El primer paso ha sido ese. Hay que continuar. Van a venir los momentos más difíciles probablemente: escándalos, descubrimiento de actos de corrupción muy fuertes, juicios; en fin, muchas cosas tendrán que venir porque no somos tapadera de nadie.


Existe otro aspecto muy importante. Después de muchos años se ha hecho un programa de recuperación salarial, es decir, estamos haciendo cosas para redistribuir el ingreso. El salario mínimo ya subió en 2019. Volverá a subir significativamente en 2020. Eso repercute en los salarios contractuales, en incrementos importantes.


La otra gran base de la redistribución del ingreso son los programas sociales. No son simples programas, sino el reconocimiento de derechos. Por primera vez, la política social se convierte en un mecanismo de reconocimiento de derechos. Una beca para un estudiante de bachillerato se les ofrece a todos y se les ofrece el derecho a la educación a todos. No nada más a algunos.


Los adultos mayores tienen derecho al retiro, precario ciertamente, porque por ahora es simplemente una pensión alimentaria. Ta tendremos que ver después cómo mejorar esa pensión, pero ya es para todos. Para todos los discapacitados. Son programas de carácter universal.


De lo que se trata es de unir la política económica con la política social, ya no tenerlas por separado. Toda acción de política social debe tener incidencia en la política económica, y la política económica tiene que elaborarse tomando en cuenta cuál es la política social. Esto también es algo nuevo, hace muchísimos años, desde la época de Lázaro Cárdenas, que no se hacía.


Le hemos quitado facultades al presidente y prerrogativas y formas de ser. También le queríamos aumentar las facultades al Congreso, pero no se dejan, la oposición no quiere aumentarle facultades al Congreso, al revés.


Bueno, se ha hecho también, se ha empezado a hacer un código de ética que es la Ley de Austeridad Republicana de Estado. Luego, la revocación de mandato para el presidente y los gobernadores. Quedó. Ahí vamos.


‒¿Cuál considera que ha sido la mejor decisión de gobierno y la peor?
No, eso no me interesa. No sé. No me pongo a pensar en esos temas.