El ejército mexicano realizó un desvío de 240.5 millones de pesos a través de DRM Aceros Internacional durante el sexenio de Enrique Peña Nieto entre 2013 y 2016 por la supuesta compra de insumos para la producción de armamento, municiones, explosivos y equipamiento militar.

Por medio de la Dirección General de Industria Militar la Sedena otorgó los contratos para la compra realizada a dicha empresa que en 2018 se consideró como fantasma, debido a que no contaba con personal ni infraestructura para operar.

De acuerdo con una investigación de Zorayda Gallegos, del diario El País, la Defensa Nacional es la única empresa federal que firmó contratos con DRM Aceros Internacional desde que fue constituida, cabe destacar que la mayoría de las contrataciones se hicieron por adjudicación directa.


DRM Aceros Internacional fue constituida el 9 de septiembre de 2013 y dos meses después firmó su primer contrato, de ese año hasta 2016 la empresa vendió a la Sedena materiales para la manufactura de insumos como: cañones, lanzagranadas y piezas para la fabricación de componentes de fusiles, así como cartuchos y granadas de mano.

Como parte de la investigación fue señalado que en la cancelación del Aeropuerto de Texcoco la Auditoría Superior de la Federación (ASF) precisó que los militares pagaron trabajos que no se realizaron, además de que existieron sobreprecios en servicios que fueron contratados para la edificación de la barda perimetral del proyecto.


Tras una revisión a los procedimientos de contratación en 2015, la ASF concluyó que DRM Aceros Internacional trabajaba en colaboración con otras empresas para poder vender a mayor precio los insumos adquiridos por la Sedena.

Como ejemplo de esta operación se encuentra la venta de acero a la Dirección de la Industria Militar con un sobreprecio de 143.9%, debido a que el material tenía un precio de 8.3 millones de pesos y fue vendido en 26.7 millones de pesos.