La Fiscalía General de la República (FGR) llegó a la conclusión de que los sobornos que suman poco más de 10 millones de dólares que la constructora Odebrecht pagó en México, se transfirieron exclusivamente a Emilio Lozoya Austin, quien ese entonces era director de Petróleos Mexicanos (Pemex), de acuerdo con Animal Político.

Los sobornos fueron transferidos a través de empresas que estaban ligadas a su familia. Con esos sobornos se compró casa en Ixtapa Zihuatanejo, además de otras cosas.

Debido a los sobornos entregados a Lozoya, Odebrecht obtuvo una adjudicación del contrato para realizar las obras de la refinería de Tula, de acuerdo con el documento de la acusación final de la FGR presentada ante un juez en contra de Lozoya, a la que Animal Político tuvo acceso.

“Aunque Lozoya ha denunciado que él fue utilizado por el expresidente Peña Nieto y el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, y que el dinero se usó para sobornar a legisladores y agilizar la reforma energética, en su acusación la FGR no presenta ni valida ninguna de estas hipótesis. Las 59 pruebas que presenta están enfocadas en confirmar que Lozoya y sus familiares fueron los reales beneficiarios de los sobornos”, se lee en la nota.

Debido a estos sobornos la FGR solita una pena de más de 46 años en prisión por delitos como lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho. A esto se le agrega una multa de 87 millones de pesos, “un monto por reparación de daño de seis millones de dólares, y perder cualquier derecho sobre el departamento en Ixtapa”.

“Los fiscales además consideran que la madre de Lozoya, Gilda Susana Austin, debe ser condenada a pasar 23 años de prisión y pagar 262 mil pesos de multa”.

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