Juana Hilda González Lomelí está presa desde enero de 2006 acusada del secuestro del empresario Hugo Alberto Wallace Miranda, en 2005. Sin embargo, sus declaraciones fueron obtenidas bajo coacción.

En The Washington Post, Luisa Cantú, periodista y conductora de noticias en La Octava, recordó que en 2011 Juana Hilda “fue sentenciada a 78 años de prisión por los delitos de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro, delincuencia organizada y portación de armas de fuego y cartuchos de uso exclusivo del Ejército”.

“El rol que en él jugó la prensa, mediante una cobertura repleta de expresiones misóginas que la sexualizaron y estigmatizaron, es uno de los argumentos de su defensa, el Instituto Federal de la Defensoría Pública (IFDF), para pedirle a la SCJN que atraiga su caso“, añadió.

Aseguró que la SCJN debe aprovechar esta oportunidad para sentar precedentes sobre cómo resolver casos con perspectiva de género y garantizar así el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia también durante su proceso penal.

En entrevista para La Octava, el periodista Ricardo Raphael, quien ha investigado el caso Wallace, aseguró:

“El tema de género es fundamental, no es la única razón para atraerlo, la Corte tendría que atraerlo porque a Juana Hilda se le sacó una confesión mediante presiones psicológicas y físicas”

Luisa argumentó que cuando el máximo tribunal del país toma un asunto, la resolución puede ser un precedente obligatorio que inunde a todos los juzgados y tribunales colegiados federales, por lo que ministras y ministros dictan el camino a seguir en casos similares, para evitar otros resultados, cuando las personas vivan una situación similar.

“Sin embargo, la naturaleza de la SCJN hace que no cualquier asunto llegue hasta ahí: ésta se enfoca principalmente en controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad y, en contadas ocasiones, amparos directos trascendentales”, escribió.

Al respecto, Ricardo Raphael dijo:

“La Corte podría dedicarle los análisis jurídicos suficientes para resolver quién tiene la razón, hay argumentos que deberían convencer a los ministros”

El periodista añadió que “la confesión de Juana Hilda acaba siendo la prueba principal del caso Wallace, es un guion fabricado y eso se obtuvo mediante coerción, o sea una prueba ilícita”.

7 de cada 10 mujeres fueron detenidas con violencia

Mientras casos como el de Juana Hilda no llegan a la Corte, 7 de cada 10 mujeres fueron detenidas con violencia y a 3 de cada 10 las amenazaron, tal como le pasó a Juana Hilda, reveló Luisa Cantú.

Además, la confesión que obtuvieron durante su detención se convirtió en la principal prueba del caso Wallace, sin embargo, Ricardo Raphael asegura que para que una confesión sea válida, tiene que ser coherente con el resto de elementos del caso.

“La confesión de Juana Hilda acaba siendo la prueba principal del caso Wallace, es un guión fabricado y eso se obtuvo mediante coerción, o sea una prueba ilícita”, dijo Ricardo Raphael.

Mira la entrevista completa aquí:

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