La Guardia Nacional implementó un programa de retiro voluntario para los últimos agentes civiles dentro de la institución. Les ofrecen una “compensación económica” para que renuncien de forma definitiva al cargo, como documentó Animal Político.

Los elementos de la Guardia Nacional que no aceptan esta compensación “son reasignados —de forma obligatoria— a otras áreas distintas a las de patrullaje y prevención“, se lee en la investigación.

Animal Político presentó documentos internos en los que se muestra cómo, en un sólo día, trasladaron a 600 elementos de la Guardia Nacional que realizaban labores de vigilancia en la calle.

Los documentos también muestran el traslado de miles de efectivos a la Ciudad de México. “Para ser exhortados a adherirse al programa de retiro voluntario y, mientras eso ocurre, permanecen congelados”, mientras que quienes asumen estas funciones son los militares que fueron reclutados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), explicó Animal Político.

Esto sucede pese a que, por definición constitucional, la Guardia Nacional es una institución civil, y a que instancias como la ONU o Amnistía Internacional han pedido frenar la militarización de las tareas de seguridad pública”, se lee en la investigación.

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La estrategia de la Guardia Nacional

Uno de los agentes declaró a Animal Político que “nos han tenido por días en el centro de mando de Iztapalapa, sentados en las gradas, sin hacer nada, cumpliendo el turno ahí sentados por ocho o hasta 16 horas. Esperan que les digamos que nos queremos adherir al retiro. Es desesperante y denigrante para nosotros”.

Desde el año pasado comenzó una estrategia con la que se buscaba sustituir con policías militares a los expolicías federales, quienes habían sido transferidos originalmente a esta institución y que realizaban patrullaje y de seguridad en casetas, puertos y aeropuertos, explicó Animal Político.

De acuerdo con el medio de comunicación, debido a instrucciones del general Luis Rodríguez Bucio se puso en marcha el Programa de Separación Voluntaria los agentes de la Policía Federal que transfirieron a la Guardia Nacional.

“Para tal efecto, se ordenó a dichos mandos “brindar todas las facilidades necesarias” para el traslado de los agentes interesados a la CDMX, con el fin de comenzar con los trámites de separación de la corporación”, se lee.

Este proceso tuvo seis etapas, la primera fue la invitación para separarse de la corporación a los agentes civiles. Con ese oficio se añadió un modelo de una carta en la que aceptaban separarse de su cargo en la institución, a cambio de una “compensación económica”. La cual debía firmarse por los agentes.

Los agentes se enteraron por mensajes y Zoom

Los agentes se enteraron de la puesta en marcha de este procedimiento a través de una videoconferencia por Zoom y mensajes de texto. Denunciaron que a muchos de ellos se les ordenó ir a la CDMX aunque aún no hubiesen aceptado adherirse a la iniciativa

Uno de los policías declaró que “algunos tenemos 10 o 15 años aquí, esto es lo que sabemos hacer. Nos quieren ahora sacar y truncar una carrera y no nos conviene. Primero, porque la compensación que quieren ofrecer no es acorde a lo que deberíamos de recibir, pero sobre todo porque para muchos de nosotros ya es complicado, por nuestra edad, conseguir otro trabajo”.

Por ley, estos exfederales tienen derecho a permanecer en la corporación siempre que cumplan con sus obligaciones y superen las pruebas de control de confianza que periódicamente se les aplican. Al cumplir 33 años de trabajo, tienen derecho a una jubilación y el pago de una pensión, beneficios que perderían en caso de adherirse a la separación voluntaria que se les está ofreciendo”, explica Animal Político.

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