De acuerdo con Contralínea, el gobierno de Felipe Calderón utilizó la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) para mover 5 mil 917 millones de pesos que “supuestamente era para destinarlos a los más de 44 mil trabajadores” que fueron despedidos.

Esto se reveló gracias a seis acuerdos de ministración de fondos de la Subsecretaría de Egresos, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, fechados entre noviembre de ese año y julio de 2010, documentó Contralínea.

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La investigación muestra que este dinero se le entregó al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes y a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, cuyo titular era Javier Lozano Alarcón. Aunque la Cámara de Diputados no aprobó los recursos para el Presupuesto de Egresos de la Federación.

“Los documentos oficiales –obtenidos por Contralínea mediante la Ley de Transparencia– señalan que el destino de los dineros del pueblo sería en beneficio de los miles de electricistas que de la noche a la mañana se quedaron sin fuente de empleo: 5 mil 800 millones de pesos para el pago de las liquidaciones –monto que se transfirió al SAE–, y 117 millones para que la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral les diera atención y capacitación laboral por parte de, de la STPS”, se lee en la investigación.

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Felipe Calderón planeó extinguir Luz y Fuerza del Centro a espaldas del pueblo

Como parte del “Proyecto de Gran Visión México 2030”, Felipe Calderón planeó extinguir a LyFC a espaldas del pueblo. El objetivo era privatizar el sector energía, señala Contralínea.

De acuerdo con la publicación, en el proyecto se establecía la necesidad de “eliminar la Secretaría de Energía, integrar LyFC a la Comisión Federal de Electricidad, permitir que Petróleos Mexicanos contara con participación accionaria del Estado, de fondos de pensión (e) inversión de particulares, sindicatos y otros actores sociales, y crear la secretaría o el instituto de infraestructura”.

Fue el 11 de octubre de 2009 cuando se publicó el decreto presidencial, firmado Calderón Hinojosa, por el cual se extinguió a Luz y Fuerza del Centro.

Desde la madrugada, la Policía Federal tomó por la fuerza todas las instalaciones y los trabajadores electricistas ya no pudieron regresar a su fuente de empleo, lo que generó una ola de protestas.