El fútbol siempre nos regala historias maravillosas, como la del arquero del Independiente Del Valle. Jorge Pinos pasó de vender mangos a conquistar la gloria sudamericana.

A los 28 años es complicado que un futbolista logre debutar en la primera división en su país, mucho más si viene de una inactividad prolongada. Eso fue lo que le pasó a Pinos, quién surgió del Barcelona de Guayaquil, club en el que no tuvo minutos y pasó de préstamo en préstamo por equipos de la segunda categoría en Ecuador.

Harto de su situación, Jorge decidió firmar asociarse con un empresario quién le prometió llevarlo al futbol de Hungría en donde supuestamente tendría más continuidad, lamentablemente todo resultó una trampa. El ahora seleccionado ecuador quedó en la banca rota pues fue engañado por este personaje.

Las circunstancias hicieron que Jorge Pinos dejara el futbol y emigrara a Manta en donde adoptaría multiples trabajos para ganarse la vida, era chófer de los periodistas de un diario. También laboró para un circo, en donde manejaba los automoviles de este, pero no alcanzaba, por lo que también vendía mangos. Todo esto a sus 27 años.

Pero la vida a veces da sorpresas inesperadas. Jorge recibió de manera inesperada una llamada del Club Técnico Unviersitario que le sirvió para dar el salto al Independiente Del Valle. Ahí consiguió la Copa Sudamericana 2019 como mejor jugador de la final, ganándose además una convocatoria a la Selección de Ecuador.