Un operador de los Beltrán Leyva y los hermanos Pineda Villa, identificado como Israel Ávila, aseguró que registró en sus libros de contabilidad más de 10 millones de dólares en supuestos pagos al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, a cambio de seguridad e información.

Vestido con un uniforme de presidario verde claro, Ávila, que cumple condena en Estados Unidos por narcotráfico, testificó que como contador de Mario Pineda Villa, alias “MP” y “Gordo Malo”, registraba los ingresos obtenidos del narcotráfico.

Asimismo los gastos y los pagos por los servicios de seguridad estatales, federales y municipales, además de los sueldos de los trabajadores o los alquileres de casas y almacenes.

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“Le ayudé a hacer unas hojas de contabilidad en Excel”, en lugar de registrarlo todo en libros, con la intención de que pudieran llevar su contabilidad de una manera “más clara”, dijo Ávila.

A preguntas de la Fiscalía, el narco precisó que esos pagos no eran directos a García Luna, sino que se hacían a través de otros narcotraficantes. Entre ellos citó a Jesús “El Rey” Zambada, el clan de los Beltrán Leyva y también a los narcos Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, y Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”.

El narco indicó que el mayor pago que registró a nombre de García Luna fue de cinco millones de dólares, pero que también recuerda pagos de tres millones, un millón y de 1.8 millones de dólares.

También dijo que en lugar de registrar el nombre del exsecretario, junto a los pagos se escribía “El Tartamudo” y “El Metralleta”, sobrenombres con los que algunos narcos se referían a Genaro García Luna.

Así se movía la droga en el AICM en tiempos de García Luna

Por 45, todos en 35 hasta nueva orden“, esas eran las órdenes que se transmitían a través de la radio en el aeropuerto de Ciudad de México cada vez que una maleta con droga o dinero llegaba o salía.

Así lo declaró Raúl Arellano Aguilera, un expolicía federal, quien compareció como testigo de la Fiscalía en el juicio a Genaro García Luna.

Aseguró que en lenguaje policial, este código significaba que “por una orden superior (45)” debían dejar de actuar (35) temporalmente.

Según el testigo, cuando llegaba esta directriz, que solía estar vigente entre una y dos horas y que era emitida “una o dos veces por semana”. “Tenía que permanecer en mi área sin hacer revisiones o detenciones”, afirmó.

Además, el expolicía dijo que les escuchó decir en una ocasión: “Que todos estaban contentos, hablaban del jefe Genaro, Facundo y Cárdenas, todos recibieron su parte”, dejando entrever que dichos responsables políticos estaban implicados en el tráfico de drogas que pasaba por el aeródromo.

Aguilera se refería a Genaro García Luna, al excomisionado de la Policía Federal Facundo Rosas Rosas y al también exdirectivo de este cuerpo de seguridad Luis Cárdenas Palomino.

Con información de EFE.

ACTUALIZACIÓN

En su segundo día de declaraciones, Israel Ávila remató su participación diciendo que “el Cártel (de Sinaloa) no funcionaría sin ayuda del gobierno”, es decir, la administración de Felipe Calderón.

De acuerdo con el periodista Jesús García, el narco mencionó que a pesar de la salida de García Luna, sus contactos seguían sirviendo al Cártel de Sinaloa.

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