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¿De qué delitos es acusado Ricardo Anaya?
Ricardo Anaya fue citado por la Fiscalía General de la República (FGR) para una audiencia inicial por delitos como lavado de dinero, soborno y asociación delictusosa que tienen que ver con el caso de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Al excandidato a la presidencia se le acusa de recibir sobornos de parte de Lozoya para que apoyara la reforma energética del 2014 y según testimonios del exdirector y su chofer, Miguel Peréz Esquivel, se le entregaron 6 millones 800 mil pesos en el estacionamiento de la Cámara de Diputados.
Cuando se le hizo esta acusación Anaya negó todo diciendo que en ese año ya no era diputado y hasta presentó una demanda por daño moral.
Las acusaciones en su contra comenzaron cuando Lozoya presentó una denuncia el 11 de agosto del 2020 ante la Fiscalía y esta comenzara con la investigación del caso de soborno.
Incluso los delitos por los que se le acusan son los mismos por los que capturaron al exsenador del PAN, Jorge Luis Lavalle, actualmente preso en el Reclusorio Norte.
Quien confirmó los sobornos que Lozoya daba a los opositores fue Rafael Caraveo, exsecretario de Lavalle y ahora testigo protegido de la FGR.
Y dentro de la lista de sobornos aparte de Anaya y Lavalle, se encuentran el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca; el de Querétaro, Francisco Domínguez; y exlegisladores como Ernesto Cordero, Salvador Vega Casillas, Osiris Hernández y el exsecretario de Ricardo Anaya.
Según la Fiscalía, Lozoya dio un total de 97 millones 190 mil pesos a la oposición para obtener su apoyo con la reforma.
El sábado pasado Ricardo Anaya subió un video a redes sociales donde acusaba al presidente Andrés Manuel López Obrador de querer “fregarlo a la mala” por intenar meterlo a la cárcel para que no logre postularse por segunda vez a la presidencia en las próximas elecciones del 2024.
Sin embargo, AMLO respondió a su acusación en su conferencia “mañanera” diciendo “que dé la cara, el que nada debe nada teme, pero que no me eche la culpa a mí, que no sea marrullero”.