Altos mandos del Ejército infiltraron con alumnos “fachada” la Normal Rural de Ayotzinapa desde 2011, y fueron informados en tiempo real sobre los planes de los normalistas, incluso desde antes del 26 de septiembre de 2014, de acuerdo con los documentos desclasificados de la Sedena del caso Iguala.

Según la revista Proceso,  los archivos de la Sedena revelan el papel que jugó el Ejército antes, durante y después en los sucesos de la noche de Iguala, en la cual fueron desaparecidos de manera forzada 43 normalistas de Ayotzinapa.

Los documentos confirman que tres años antes de la noche de la desaparición, las actividades de los normalistas eran vigiladas por todas las agencias gubernamentales de inteligencia.

Particularmente, el sistema de inteligencia militar, coordinado desde el Centro Militar de Información, de la Sección Segunda del Estado Mayor de la Sedena, infiltró personal vía alumnos “fachada”, para informar a los altos mandos militares lo que ocurría dentro y fuera de la Normal Rural, Raúl Isidro Burgos, señala Proceso.

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“Días antes de la tragedia de Iguala, personal militar de los Órganos de Búsqueda de Información (OBI), adscrito al Pelotón de Información de la 35 Zona Militar en Chilpancingo, dio cuenta de las actividades programadas por los estudiantes”, de acuerdo con la información a la que el medio accedió.

El informe señala que entre los acuerdos a cumplirse esa semana estaba la “retención” de 15 autobuses de pasajeros de las empresas Estrella de Oro y Estrella Blanca, para desplazarse a la Ciudad de México.

“Con la información del OBI infiltrado entre el alumnado de la escuela normal rural, se reporta que el 22 de septiembre… unos 40 jóvenes abordaron el autobús 1544 de la empresa Estrella de Oro, con rumbo a la comunidad de Buenos Aires, para recabar dinero y “extraer” diésel de los vehículos que circulen por ahí”.

El sistema de inteligencia militar reveló que en un registro del 29 de septiembre de 2014, días después de la noche de Iguala, uno de los OBI se encontraba en la lista de los estudiantes desaparecidos, que en un principio se cifró en 57.

El caso Iguala marcó la presidencia de Enrique Peña Nieto, cuyo esclarecimiento se mantiene como una de las promesas del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que hace año y medio ordenó a la Sedena la desclasificación de los archivos.

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