El senador morenista, José Ramón Enríquez Herrera, y quien también aspiraba a ser candidato a gobernador del estado de Durango, ha sido ligado con el crimen organizado en una investigación realizada por la Secretaría de Defensa de Nacional.

El portal EMEEQUIS explica que el senador se ostentaba como compadre de Gerardo Soberanes Ortiz, alias “el G-1”, operador de la familia criminal Cabrera Sarabia.

En 2016, Enríquez Herrera fue electo presidente municipal de Durango como abanderado de la alianza PAN-PRD.

Fue la alcaldesa de San Dimas, Alma Leticia Reyes Guerra, quien dijo a la Defensa Nacional que en una reunión de trabajo, el senador presentó al G-1, quien les pidió lealtad por ser uno de los principales financiadores de las campañas electorales en el estado.

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Según el informe, el G-1 también solicitó que se integrara Cecilia Soto Mendoza en la Dirección municipal de Seguridad Pública, a fin de proteger los intereses del Cártel de Sinaloa.

En el expediente, también se relaciona a la actual fiscal general de Durango, Ruth Medina Alemán; a la vicefiscal de Control Interno, Análisis y Evaluación de la fiscalía estatal, Celina López Carrera; así como al entonces subdirector operativo de la Policía Estatal y actual subdirector del C-5, Armando Ramírez Retana.

El gabinete de seguridad actual confirmó que los Cabrera Sarabia han establecido relaciones con políticos de alto nivel y se han infiltrado en todos los partidos políticos de Durango y algunos de Chihuahua.

Es así como la violencia en la zona se ha incrementado, debido a la lucha por el territorio con el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Ante la publicación de la investigación, el senador negó las acusaciones y aseguró que “se trata de un ataque político”

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